En la esgrima paralímpica se utilizan tres armas. Tanto en el florete como en la espada, que es algo más pesada, la puntuación se consigue al tocar al rival con la punta del arma. En el sable, además, se puede golpear con el filo. El florete sólo puntúa si alcanza el torso del oponente, en tanto que la espada y el sable pueden tocar en cualquier punto por encima de la cintura.
La inclusión de la esgrima en silla de ruedas en el programa paralímpico se produjo ya en los primeros Juegos, los de Roma 1960. En Seúl 1988 se introdujo un nuevo sistema de clasificación que permitía competir juntos a los deportistas con discapacidades diferentes